martes, julio 26, 2011

Cásate conmigo

Cásate conmigo.
Sé que hace mucho tiempo que no nos vemos. Nos conocemos desde hace mucho tiempo. Sabes como soy, conoces mis manías. Nos llevamos bien. A día de hoy tengo un trabajo estable, tengo una casa con jardín. Podemos tener perros si quieres. Esta vez no es una pregunta lanzada al hiperespacio sin más, esta vez te lo pregunto de verdad, saltándome todos los pasos anteriores. Estoy convencida de que aún me quieres, del mismo modo que yo te sigo queriendo.

Te cocinaré cosas ricas.
Te leeré fragmentos de libros bonitos.
Te regalaré flores todos los viernes.
Te escribiré cartas de amor y las dejaré sobre tu almohada.
Te llevaré de viaje a los lugares más extraordinarios.
Te haré reír. Y sonreír.
Te compraré Moleskines y plumas de Faber-Castell, para que las llenes con ellas.
Te besaré en la frente cuando me vaya al trabajo.
No te regalaré joyas.
Te llevaré al cine, pero no a cualquier película.
Te llevaré a conciertos y festivales.
Te querré, te respetaré y te cuidaré.

¡Cásate conmigo!

miércoles, marzo 09, 2011

Conversación a dos.

Dos personas sentadas en un sofá, una al lado de la otra. Una con las piernas estiradas apoyándose en la mesa y la otra con las piernas en el sofá girada de lado mirando a la otra.

- ¿Eres capaz de amar?
- Pues no lo sé...
- ¿Y eso? ¿Nunca has querido a alguien?
- Sí. He estado enamorada...pero...
- Pero ¿qué?
- Pues...las relaciones no se me dan bien.
- ¿Qué se te da bien entonces?
- No lo sé...pocas cosas, creo yo.
- Como cuales...
- Pues...puedo hacerte reír...
- Qué más.
- Puedo...no sé...
- Puedes qué.
- No sé...
- ¡Hay que sacártelo todo con un sacacorchos!
- Pues no sé...sé hacer esas cosas típicas como cualquier otra persona.
- Dímelas, quiero saberlas.
- Cómo eres...
- ¡Venga!
- Pues, eso...
- ¡Vamos!
- Me bloqueas.
- No busques excusas, hasta que no me las digas no te levantas.
- Eres un poco pesada ¿te lo habían dicho?
- ¿Tanto te cuesta?
- Pues no, pero cuanto más te empeñes menos me saldrá decirlas.
- Entonces debo esperar al momento de la inspiración divina...
- Tampoco es eso...
- Entonces ¿qué es?
- Pues no sé...dame un momento que piense...

Se encienden un cigarro y se miran fijamente a los ojos. Sueltan el humo. Una mira su móvil. La otra bebe de su cerveza que sujeta entre las manos, con la mirada en la pared evitando los ojos de la otra persona. Con la uña comienza a arrancar la etiqueta de la botella. Ahora mira la etiqueta como se desprende. Pasa el dedo para pegarla de nuevo y vuelve a quitarla con la uña.

- Pues sé hacerte reír, puedo hacer que te olvides del mundo, puedo contarte cuentos para que te duermas. También puedo contar las estrellas para ti. Sé escuchar y nunca te hablaré de mis parejas anteriores. Podremos tener largas conversaciones sobre lo que quieras, excepto dinero, política y religión. Son temas muy delicados y no quiero acabar discutiendo. Te llevaré al cine y te regalaré libros que sean bonitos y que espero te gusten. Cocinaré cosas ricas. Podremos hacer viajes, hay sitios que quiero que conozcas. Te querré y te cuidaré. Y cuando llegue el momento te pediré que vivamos juntas. Y si acaso que te cases conmigo.
- ¿Me besarás?
- Supongo.
- ¿Supones?
- Bueno, sé que lo haré.
- ¿Saldrás de fiesta sin mí?
- ... (silencio)
- ¿Eso es un sí?
- Supongo que sí lo haré.
- ¿Me pondrás los cuernos?
- No lo sé...pero lo dudo.
- Seguro que sí...
- Que no.
- Con la primera persona que pase y te diga algo bonito.
- Eso no es verdad.
- ¡Promételo!
- ¿Estás celosa?
- ¡No!
- Sí que lo estás.
- Ya verás...lo harás.
- No lo haré.
- ¿Qué te hace estar tan segura?
- ¿Para qué quiero a otra persona teniéndote a ti?

sábado, marzo 05, 2011

El chico del metro

Hay veces que a uno le entran serias dudas acerca del amor.
¿Existe o no? La gran pregunta.
Hace ya más de un año estaba sentada en el metro, empanada con mi música. Por no sé qué, levanté la mirada y ante mí, sentado, hallé al chico más guapo que jamás he visto, inolvidablemente guapo. Él estaba con un libro de inglés, estudiando en el metro. Y hubo un momento en el que nuestras miradas se cruzaron. Tenía "gay" escrito en la frente, no obstante me lanzó una sonrisa y permaneció mirándome fijamente a los ojos.
Al lado había una pareja formada por dos chicos que se estaban besando. Él les miró y volvió su mirada a mí, parecía indicar que mirase. Pero cuando me quise dar cuenta había llegado mi parada y me tuve que bajar.

Esa misma noche, tres o cuatro horas más tarde volví a ver a ese chico del metro. Estaba yo en la pista de baile con unos amigos y de pronto le veo aparecer de la nada. Me ve y viene hacia mí. Me pregunta al oído:
- ¿Tú eres la del metro, la de antes?
- Sí, soy yo.
- Encantado me llamo XXX.
- Un placer, me llamo YYY.
- Antes en el metro hemos tenido un momentazo. La pareja besándose, tú y yo. Mirándonos.
- (risa tonta)
- ¿Sueles venir por aquí?
- Pues sí, últimamente vengo casi todos los viernes. ¿Y tú?
- Yo soy relaciones querida.
- (risa tonta otra vez)
- Dame un abrazo que me voy a la pista de abajo.

Me doy la vuelta y le digo a mi hermana:
- ¿Has visto eso? ¿Le has visto? ¿A que es super guapo?
- Pues sí, muy guapo el chico.
- ¡Es el del metro, el chico del que te he hablado! ¡Me ha dicho que antes en el metro, cuando nos miramos a los ojos que qué momentazo y tal! ¡Dios!
- (carcajada)

Días o semanas más tarde me lo volví a encontrar en el metro, pero nada extraordinario.

Dejé de ver a XXX en aquella discoteca de la que él era relaciones. Me olvidé de él. A parte por que no estaba a mi alcance.
Para mi sorpresa, hace pocos días me encuentro una petición de amistad en mi facebook y era XXX.
¡Era él!
Una sensación de adrenalina me invade. ¡Está más guapo todavía!

Esto no es amor, pero ¿y si lo fuera? La historia sería bonita. Contarle a mis nietos que conocí a su abuelo en el metro...tan solo hizo falta una mirada.

¿Qué hace una chica como tú en un día como este?

...quizás...


¿estudiar,
comer,
dormir,
beber,
bailar,
follar,
comprar,
soñar,
cantar,
correr,
salir,
escribir.
           o incluso soplar?

¡Soplar velas!

jueves, febrero 10, 2011

Carta de Alguien

Supongo que soy una de esas personas que vive mirando siempre atrás. El pasado es una constante en mi vida. No me gusta hablar de ello, sólo lo tengo en la cabeza. Y quizás por ello nunca deje de quererte. Fuiste alguien muy importante en mi vida. Yo te hice importante en mi existencia, de tal modo que el día que ya no estabas a mi lado, no sabía qué hacer. Me refugiaba en malas costumbres para no pensar en ti. Pero al final, cuanto más bebía, cuanto más me drogaba, más pensaba en ti. Yo sabía que esa conducta no te parecía bien y precisamente por eso lo hacía. Inconscientemente lo hacía para joderte pensado que ahora ya era una persona libre y podía hacer todo eso y más. Me creía inmortal. Yo sabía que quería volver contigo a toda costa, por cualquier precio pero tu fuerza de voluntad, aún queriéndome, hacía que me rechazaras una día tras otro. No sabía qué hacer sin ti. No hay noche en la que no sueñe que te beso. Cada vez que te veo en mi interior grito que te quiero con toda la fuerza de mi alma con temor a delatarme, que me oigas. Tengo miedo de mirarte a los ojos a que sepas ver que te sigo queriendo.