lunes, noviembre 11, 2013

No te despediste. Te fuiste sin más. Tú misma, sí tú, decidiste arrancarte de mi vida. ¿No te paraste a pensar ni un solo segundo? ¿Tan poco te importaba? ¿Preferías el camino fácil? El camino fácil quizás para ti. Suficiente tortura es dormir junto a esa camisa, aún impregnada de tu olor, vacía. Sin tu rostro. Ese vacío que dejaste en mí. Más vacía que esa camisa me hallo cada día. Al alba. 

¿Me rompiste el corazón? Desapareciste sin avisar. De la misma forma, silenciosa, que entraste en mi vida, mientras esperábamos a Lorenzo. Al alba.


Me encantaría poder robarte un beso. Un beso de esos que no se olvidan. Que te llega hasta las entrañas. Pero ¿qué me queda? El recuerdo de esos besos perdidos a(L) alba. 

¡Te odio! Ojalá fueran verdad esas palabras. Ojalá pudiera decirlo en serio. Ojalá pudiera echarte la bronca por ello. De amor y pena moriré por tu culpa. Al alba.

Te pedí que no me rompieras el corazón. Demasiado miedo teníamos ambas. Y tú lo hiciste. Con todas las de la ley. Y cada segundo que pasa no puedo hacer más que quererte. 
Acabarás con mi vida, como lo hiciste con la tuya. Al alba. 


viernes, agosto 23, 2013

Por el placer de volverle a ver

- No me rompa usted el corazón. Después de tantas noches en vela, no.
¿Cuántas veces tendré que saludar a Lorenzo para volverte a ver? 

- Me verás el día en el que dejes de ver salir a Lorenzo. Al alba...ahí estaré yo esperándote. Cuando Catalina ya se haya marchado. Antes de que Lorenzo nos ilumine con sus primeros rayos. 

jueves, septiembre 20, 2012

Eres tú

Era una noche fría de verano y allí estaba ella. Una muchacha que me llamó la atención. Iba vestida de rojo y tenía un rostro exótico. Me encantó con el tiempo y desde entonces nadie ni más ocupa mi mente. Resultó ser de origen lejano. Con un aura muy especial, envuelta de magia. Eres tu la que solo con palabras va conquistándome. Eres tu la de las palabras bellas.

viernes, septiembre 14, 2012

Podría haberte besado en aquella discoteca, te hubieras venido a mi hotel y hasta la mañana siguiente no te hubieras ido a casa. Hubiera sido una noche genial, no lo dudo. Pero hubiera sido la única. Y tan rápido pasan las horas en una noche, hubieras caído en el olvido, en mi olvido.
De modo que no te besé en aquella discoteca y no viste la 410. De modo que no caíste en mi olvido.  Has despertado en mí una gran sensación. Esa sensación de quinceañera cuando le empieza a gustar alguien. Esos mismos nervios y esas ganas de querer llegar a casa en cuanto antes para conectarme y hablar contigo hasta la madrugada. El descubrir cosas nuevas con cada conversación y quedar más encantada todavía. 

sábado, abril 28, 2012


Hoy es uno de esos días en los que echo de menos la gran ciudad. Un domingo de resaca. Uno de esos días en los que no quieres hacer nada, por que la cabeza te va a estallar de un segundo a otro. Tu cuerpo no quiere moverse. Por alguna extraña razón ganas la batalla contra tu cuerpo y te levantas, te duchas, te lavas los dientes, te pones las gafas de sol y sales a la calle. Desayunas en el centro, en algún café majo por Malasaña, un café y una tostada con tomate. Dejas más de la mitad y te vas a dar una vuelta. Y ya que estás por ahí pues miras a ver que ponen en el cine. El cine. Un templo para la resaca, sobretodo un domingo. Te tomas otro café, pensando que esta vez te lo vas a terminar, pero te has vuelto a equivocar. El simple hecho de sentarse en un banco y ver pasar a la gente es algo maravilloso.
A la salida del cine ya tienes un hambre voráz y como estás sola, no dependes de nadie para la elección del sitio. Vas al sitio que más te gusta, un Chungking Express. Bendito sea ese sitio. Definitivamente te vas encontrando mejor después de unas horas, después de que tu cuerpo haya eliminado gran parte del alcohol de la noche anterior.
Ya decides que te puedes relacionar con gente y decides hacerle una visita sorpresa a alguien. Una de esas personas espontáneas, que te recibirá a no ser que tenga que estudiar para algún examen, aunque de igual modo te recibirá por que le apetece más pasar el rato contigo que con los apuntes. Una de esas personas que en el momento más inesperado te hace una pregunta que te mata. Pero por otro lado una persona que transmite paz. No te sientes en la necesidad de tener que estar hablando. Poder estar tirada en un césped sin decir nada, durante horas o hacer volar una cometa, que se enrrede en un árbol y maquinar un plan para recuperarla. Sentirse como una niña de 7 años. Ver la puesta del sol, mientras tienes una conversación de besugos. Hacerle una foto cuando se queda dormida y reírte por que hace ruidos extraños, que no llegan a ser ronquidos.

O una de esas personas con la que puedes tener una conversación sin palabras. Mirarle a los ojos y saber lo que piensa. Una de esas personas que siempre ha sido algo especial, que aprecias y quieres pero te da miedo. Las cosas nunca han estado claras, siempre ha habido cierta barrera, hasta que llega un día y explotas. Mirarle a los ojos y temer que te delates. Decirle qué sientes cuando la abrazas. Y que tras años sigas sintiendo lo mismo, solo que ahora ya no estás en la postura de poder hablar de tus sentimientos. Con la que sales a pasear al perro y te haga fruncir el ceño.

O una persona de esas con la que sales a cenar, sales al cine, sales de fiesta. Con la que mantienes conversaciones sobre agujeros negros o el amor, durante horas. Una de esas personas con la que surgen temas extraños y en los últimos cinco minutos te vas por las ramas. Una de esas personas con la que haces apuestas y luego te toca ver una película de miedo. O que intentas influir sus sueños hablándole durante la fase REM, aunque solo sea de submarinos y helicópteros.

O una de esas personas que a las nueve de la noche te dice "Andiamo fare una pizza, Mario".

viernes, enero 13, 2012

Gone.

This never-ending thought
scratching, scratching my brain.
It's travelling through my head.

< There's no longer a us.>

martes, julio 26, 2011

Cásate conmigo

Cásate conmigo.
Sé que hace mucho tiempo que no nos vemos. Nos conocemos desde hace mucho tiempo. Sabes como soy, conoces mis manías. Nos llevamos bien. A día de hoy tengo un trabajo estable, tengo una casa con jardín. Podemos tener perros si quieres. Esta vez no es una pregunta lanzada al hiperespacio sin más, esta vez te lo pregunto de verdad, saltándome todos los pasos anteriores. Estoy convencida de que aún me quieres, del mismo modo que yo te sigo queriendo.

Te cocinaré cosas ricas.
Te leeré fragmentos de libros bonitos.
Te regalaré flores todos los viernes.
Te escribiré cartas de amor y las dejaré sobre tu almohada.
Te llevaré de viaje a los lugares más extraordinarios.
Te haré reír. Y sonreír.
Te compraré Moleskines y plumas de Faber-Castell, para que las llenes con ellas.
Te besaré en la frente cuando me vaya al trabajo.
No te regalaré joyas.
Te llevaré al cine, pero no a cualquier película.
Te llevaré a conciertos y festivales.
Te querré, te respetaré y te cuidaré.

¡Cásate conmigo!