viernes, septiembre 14, 2012

Podría haberte besado en aquella discoteca, te hubieras venido a mi hotel y hasta la mañana siguiente no te hubieras ido a casa. Hubiera sido una noche genial, no lo dudo. Pero hubiera sido la única. Y tan rápido pasan las horas en una noche, hubieras caído en el olvido, en mi olvido.
De modo que no te besé en aquella discoteca y no viste la 410. De modo que no caíste en mi olvido.  Has despertado en mí una gran sensación. Esa sensación de quinceañera cuando le empieza a gustar alguien. Esos mismos nervios y esas ganas de querer llegar a casa en cuanto antes para conectarme y hablar contigo hasta la madrugada. El descubrir cosas nuevas con cada conversación y quedar más encantada todavía. 

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