De modo que no te besé en aquella discoteca y no viste la 410. De modo que no caíste en mi olvido. Has despertado en mí una gran sensación. Esa sensación de quinceañera cuando le empieza a gustar alguien. Esos mismos nervios y esas ganas de querer llegar a casa en cuanto antes para conectarme y hablar contigo hasta la madrugada. El descubrir cosas nuevas con cada conversación y quedar más encantada todavía.
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