- No me rompa usted el corazón. Después de tantas noches en vela, no.
¿Cuántas veces tendré que saludar a Lorenzo para volverte a ver?
- Me verás el día en el que dejes de ver salir a Lorenzo. Al alba...ahí estaré yo esperándote. Cuando Catalina ya se haya marchado. Antes de que Lorenzo nos ilumine con sus primeros rayos.